noviembre 04, 2009

Canciones para explicar a un hijo (1)

Madre hay una sola, de Bersuit Vergarabat


Ciudades gigantes, enormes cloacas… Viajan torrentes hacia el mar, de un amor que huele mal. Como anunciándole al cielo, nuestro destino Se ven las marcas de la muerte, por las ventanas del avión.

El progreso fue un fracaso, fue un suicidio… La ansiada prosperidad, fue el más pesado vagón. Para qué un juicio final, si ya, estamos deshechos una explosión natural, hará una gran selección. Yo te agradezco… porque aquí estoy vos sos, mi única madre, con alma y vida yo venero tu jardín. Te agradezco… aunque me voy avergonzado por ser parte de la especie, que hoy te viola en un patético festín.



Y así, no te libraste de nosotros. Nuestra desidia fue por tenerte regalada, en creer que no valés nada. Estás pariendo hijos ciegos, estás cansada. Aunque tus lágrimas saladas, nos pueden ahogar si quisieras. Los pocos que te aman, no tienen fuerza. Como reliquia se pasean, sólo paquetes de turismo son; no hay más amigos que el sol, no hay más ofrendas, sólo este ataque mortal, al medio del corazón. Yo te agradezco… porque aquí estoy vos sos, mi única madre, con alma y vida yo venero tu jardín. Te agradezco… aunque me voy avergonzado por ser parte de la especie, que hoy te viola en un patético festín.



Explicación:

La Bersuit es una de las bandas de rock más "míticas" de Argentina. Lo es por su música y sobre todo por el mensaje de sus canciones, aderezadas (en el caso de ser un español quién la disfrute) por ese buen mimo y uso alternativo de melosos adjetivos y sustantivos que casi siempre le brindan los argentinos a nuestra lengua común, el castellano. Bersuit sintoniza en letras, que no en estilo, con Calamaro. De hecho, Andrés tiró de esta banda hace unos años, en una de sus crisis, para volver a los escenarios.

Madre hay una sola es en el repertorio de Bersuit Vergarabat uno de los mejores ejemplos. La canción es de esas que vienen como anillo al dedo a los profes que buscan un himno original para cantar con sus alumnos-as en el Día del Medio Ambiente. Y la letra lo tiene todo a la hora de ser un himno ecológico (que no ecologista), una canción con mensaje evidente, de las que nos permite reflexionar, más allá de las metáforas, hacia donde va nuestro anhelado progreso ("fue un fracaso" aseguran los de la Bersuit). Que todos tengamos coche, calefacción y dinero para viajar a África puede ser un problema.

Con todo, me gusta mucha la personalización del Planeta "mi única madre". De hecho, es la madre naturaleza, que tantas veces se rebela en forma de gripes y tempestades catastróficas que no vemos, causadas por derroches constantes de contaminación, que no vemos, o no queremos ver, como "hijos ciegos" que siguen "violando" ese mundo, nuestro mundo, "en un patético festín". La Bersuit se dice "avergozanda" de este especie, que ya no es capaz de poner freno a esa trayectoria de desgaste: los polos se quedan si hielo, la temperatura del planeta crece, los bosques desaparecen, los desiertos aumentan, la calidad del aire en las ciudades es pésima... y eso a la espera de la incorporación de más países al desarrollo, a un desarrollo que se dice sostenible, pero que cada vez se configura más como un objetivo útopico.



Ante nuestros ojos, el principal reto de nuestra humanidad, un problema de peor solución que el hambre, reparto del poder y de los recursos y el fin de la injusticia, pese a que estos han movido siempre la historia de la humanidad y siguen pendientes, incluso vinculados, como dije antes a los efectos de la contaminación. Un tic tac que suena a bomba y que a ver quien lo detiene. "Una explosión natural, para una gran selección", canta la Bersuit.

Dicho esto, y ya en clave más de opinión, señalar mi adhesión a las ideas que desde una perspectiva humanista defienden una revolución ecológica frente al proceder de nuestra civilización contra el planeta que nos alberga. Eso sí, no comparto el funcionamiento de una gran parte de personas adscritas al movimiento ecologista, muchas, que se aprovechan del mensaje para su lucro o exaltación personal (algunas, en la mente de todos, a nivel local o global -les suena aquello de "yo fui el próximo presidente de los Estados Unidos"-) o que obvian las necesidades humanas de los territorios para vivir (cierren de golpe tal o cual sector por contaminante, hechando al paro o no permitiendo la generación de empleo que da de comer a miles y miles de personas).

El progreso responsable y sin interes se antoja complicado. Entre regiones que compiten y entre países. ¿Quién mete mano a la industria del transporte, de las centrales... a los hábitos de las personas? ¿Quién les dice a los países pobres que no abran térmicas o que cierren o inviertan millones y millones en renovar con tecnología limpia ese parque interminable de chimeneas contaminantes, mientras en en sus principales ciudades no hay ayudas suficientes para dar de comer a quienes lo necesitan? ¿Quién le dice a China, a Usa, a Rusia... que detengan su progreso? ¿Quiere hacerlo Europa? ¿Estamos a tiempo de parar ese derroche? Y encima la crisis.

Esta claro que la canción trasciende de nuestro ámbito personal, que va más alla de reciclar: cartón para aquí, vidrio para allá y no imprimo tanto para no gastar tanto papel. Y que no vale simplicar en una demagógica crítica al poder (¡todos malos, nos llevan a la ruina¡). Todos somos conscientes de que ese tema, al que considero que erróneamente llamamos cambio climático, supera al granito de arena que cada uno, como persona, o como colectivo o país podamos aportar. Y de que es muy triste decir que la batalla está perdida, tal y como somos los humanos. Que no vamos a poder cumplir aquella maravillosa frase que decía que "el mundo es un lugar que tomamos prestado de nuestros abuelos, y que debemos darselo igual o mejor a nuestros nietos".

Pero al menos, siempre quedará nuestra conciencia, que nos debe mover a pensar que en esta derrota real, llamada contaminación, la utopía no nos debe desanimar nunca ni en los momentos más pesimistas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario